No nos comportamos igual respondiendo a una provocación (o incluso generándola dentro del contexto de una discusión) en persona que desde la pantalla de nuestro móvil. No somos tan poco asertivos cuando arremetemos contra el ser humano que tenemos ante nuestras narices que cuando increpamos al monitor de un PC. No es lo mismo serSigue leyendo «El poder desinhibidor del usuario»