¿Qué hay más irracional que un hater?
Uno de los grandes errores de las víctimas del odio en las redes es el de preguntarse el porqué.
El porqué es lo de menos (y, si lo descubres, entenderás que no es en absoluto justificación para someterlas a la denigración sistemática).
“Haters gonna hate”: Los haters van a odiar, haya motivo o no, justifique este su odio o no.
Sobre las causas de este lamentable comportamiento… ¿Hipótesis? Cientos, pero cero certezas. Lo que sí que he podido documentar en multitud de mis casos es una conducta tan habitual que podríamos llamarla “patrón”:
Los trolls atacan bajo todo pretexto y por todo motivo, absurdo o plausible. Muchas veces, ni se molestan en razonar el porqué de su odio.
Tenemos así un perfil de hater tremendamente fructífero e irracional que, si bien molesta bastante, logra muy poco éxito a la hora de movilizar a los demás en tu contra, pues, la mayoría de los que ven sus ataques, entiende de inmediato que se trata de un individuo enfermo/obsesionado/con mucho tiempo libre/con intereses personales en desprestigiarte.
Pero ese tipo de odiador no desfallece: Es una hormiguita que trabaja día a día para hacer tu vida peor y de la que sabes que no fallará en su encuentro digital diario con tus cuentas.
Él siempre estará ahí.
Y tú, que eres un ser humano y, como tal, alguna vez cometes errores, un día te equivocas: Una opinión mal expresada, una frase desafortunada, una palabra mal entendida, una foto mal comprendida, un like inesperado, un chiste de mal gusto… Ni siquiera es necesario que te hayas expresado de manera errónea o que tu intención fuera aquella que ha sido interpretada: Solo hace falta que tus acciones sean recibidas con agravio. En las redes es extremadamente fácil ofender, sobre todo a tribus culturales y/o ideológicas.
Entonces, el hater olerá la sangre de tu pequeña herida social a kilómetros de distancia y se lanzará a perseguir a la presa fácil.
El odiador irracional racionalizará su odio hacia ti, pero, desde ese instante, apoyándose en esa equivocación:
⚠️ A partir de ese momento, dirá que te odia por ese error (puede que incluso llegue a creérselo él mismo)
⚠️ A partir de ese momento, justificará todo su odio irracional anterior hacia ti con ese error (al parecer, era vidente y sabía que lo cometerías)
⚠️ A partir de ese momento, llegará a asegurar que siempre supo la maldad que escondías, sea cual sea la que parezca inferirse de ese error
⚠️ A partir de ese momento, todas sus campañas de odio hacia ti girarán en torno a ese error
⚠️ A partir de ese momento, recordará con frecuencia tu error y reavivará la indignación que este produzca en terceros siempre que pueda, evitando que el corte cicatrice
⚠️ A partir de ese momento, sus campañas de odio incluirán reclutar a otras personas especialmente sensibilizadas y agraviadas por ese error, para que se sumen al odio
⚠️ A partir de ese momento, tendrá más éxito movilizando a gente en tu contra
⚠️ A partir de ese momento, terceros que se crucen con su labor de desprestigio la verán justificada
⚠️ A partir de ese momento, el odiador se convertirá en un hater aparentemente racional. Uno con un motivo para atacarte
Veamos un ejemplo reciente:
Desde la cuenta de un jugador de fútbol con mucho éxito y una amplísima aceptación social, se publica este tuit que hace temblar el graderío de Twitter:
Posteriormente, el dueño legítimo de la cuenta explicaría que esta había sido hackeada (con el objetivo de desprestigiar su imagen publicando esta aparente broma de mal gusto).
En este artículo no se pretende valorar la veracidad de la explicación, reivindicar el tuit o demonizarlo.
Centrémonos, más bien, en las reacciones que sufrió.
Esta de aquí parece una respuesta lógica. Más o menos proporcional, pero sin duda racionalizada. Hay un porqué a esta indignación. ¿Verdad?
Esta cuenta me causa interés, así que reviso su actividad cruzada con el usuario futbolista: Hablamos de años de seguimiento y decenas de miles de comentarios, todos ellos durísimos.
Qué curioso: Desde la publicación del tuit del futbolista (a fecha 9/10/22), toda reacción del odiador (siempre desagradable) ha sido amparada bajo el pretexto de que el futbolista es homófobo, justificando así su odio. Pero, años antes de que este incidente se produjera, ya lo increpaba con la inquina y la poca sesera propia de un ultra (incitación al suicidio incluida).
¿Estábamos ante le Nostradamus de los haters y no lo sabíamos?
Esperad… que sigo remontándome en su Time Line y aparece el verdadero tesoro:
Vaya, vaya…
El incansable activista contra lo homofobia, que justificaba toda su repulsa hacia el futbolista en el mal gusto de su aparente chiste sobre gays, publicando este insulto y esta broma, ambos de una homofobia de lo más rancia.
Pero nadie hizo el estudio que hice yo.
Mirad el feedback:
La verdad es que la lucha contra la homofobia es algo que, a este tipo, le importa más bien poco: Simplemente se ha erigido adalid de esta causa como excusa que disfrace de coherente su odio, que lo vuelva más exitoso y que movilice mejor.
¡Y vaya si lo ha conseguido!
Entre las más de 600 personas que, con un like, se sumaron sin saberlo a la campaña de odio de un troll obsesionado con su víctima (y que solo quería destruir su imagen en la red), hay muchas personas normales que, simplemente, quisieron mostrar su acuerdo a una reacción que podría parecer coherente.
Pero no lo era:
⚠️ Desde el 9/10/22, este tipo movilizó contra su víctima a la comunidad digital de tres asociaciones que luchan por los derechos de los homosexuales y a los (miles de) seguidores de cinco figuras públicas de referencia para el colectivo
⚠️ Desde el 9/10/22, este tipo recordó este error (captura del tuit incluido) cada día, un mínimo de dos veces y un máximo de diez (hasta ayer, que conseguí tumbarle la cuenta)
⚠️ Desde el 9/10/22, este tipo fue un racional hater irracional
¿Y tú? ¿Diste un “me gusta” que colaboró con él?
☢️ Cuidado con sumarse a linchamientos, funas, flames y cancelaciones por las redes sociales: Nunca se sabe cuándo estamos, en realidad, haciéndole el trabajo sucio a un hater que solo busca hacer daño ☢️
P. Duchement 