La dentellada del fanático

En este blog, ya he hablado en otras ocasiones sobre las cuentas de corte extremista en redes sociales, de sus peculiaridades y de sus peligros.

También he aclarado que están presentes (en mayor o menor medida) como parte de cualquier tribu cultural o idea.

Pero hoy me gustaría hablaros de un comportamiento muy propio de estos usuarios y muy perjudicial para cualquiera con un mínimo de presencia en redes.

Yo lo llamo “la dentellada del fanático” en honor a mi compañera María Zabala y a este tuit suyo:

Si divulgas en redes con relativo éxito, ya te habrás cruzado con cuentas fanáticas, extremistas y polarizadas.

Las que no estaban de acuerdo con tus mensajes, los/te habrán atacado, por supuesto (les resulta imposible resistirse).

Esas no son un problema: si quieres mantener tus redes libres de toxicidad, las bloqueas o ignoras y punto.

Más peligrosas son las otras, las que, casualmente, son fanáticas extremistas de las mismas ideas que tú expones.

Ahora te defenderán a muerte y usarán tus publicaciones para reafirmar sus ideas, amparándose en que eres una autoridad.

Puede parecer un buen trato: Te darán mucha visibilidad y apoyo, mientras que tú solo tendrás que aguantar a fanáticos de ideas… pero coincidentes con las tuyas.

¿Qué podría salir mal?

Pero esta simbiosis no es lo que parece. No te siguen porque sus puntos de vista coincidan con los que divulgas. Te siguen porque dan por sentado que tu mente es un clon de la suya en los temas en los que te están citando (fanatismo incluido).

Un día… sucede.

Por eso de que tienes criterio propio y razonamiento, debido a que no eres otro extremista, en algún momento divulgas algo que no cuadra al 100% con su ideario.

Hablamos de que tu nueva publicación podría seguir siendo compatible en un 99’9%. Pero ya dará igual: Ese 0’1% de discrepancia te situará fuera del polo extremo y, por tanto, revelará que no eres el fanático que ellos esperan.

Automáticamente, te convertirás en un traidor. Una gran decepción a la causa. Un enemigo.

Entrarás en la lista negra y empezarás a ser atacado por suponer un fraude. La licantropía hará acto de aparición, saldrá la luna llena y estos “fieles seguidores” se transmutarán en bestias rabiosas. Incluso te atacarán con más virulencia e inquina que a las personas que estén al 100% en desacuerdo con ellas. Porque tu 0’1% será menos discrepancia, de acuerdo… Pero les dolerá más (por haberte considerado, hasta ese momento, parte del clan descerebrado de la tribu y descubrir que no).

Y es que nada molesta más a un fanático que la gente que comparte sus ideas, pero con matices. Ni siquiera quienes están en contra de sus creencias los soliviantan tanto. Esto se debe a que, la existencia de “niveles de acuerdo” más allá del “todo o nada”, pone en evidencia lo obtuso e infantil del pensamiento polarizado.

Su queridísimo e intocable pensamiento polarizado.

Llegan así las dentelladas.

Observarás con pasmo cómo, cuentas con las que aún compartes ese 99’9% del pensamiento y que siempre te tuvieron en un pedestal, ahora se esfuerzan en hundirte, en difamarte y en señalarte como detractor (más que a los verdaderos detractores).

Apelarán a “la pureza”, a asegurar que, si no compartes de la misma manera extrema que ellos su pensamiento en el grupo ideológico, es que no eres de la tribu cultural. O estupideces como que “lo eres menos” (al parecer, deciden ellos si eres digno).

Serás descastado y marcado para siempre.

Usarán la cancelación para dañar tu imagen dentro de la tribu cultural.

Solo entonces comprenderás en toda su profundidad que, mantenerte alejado de los fanáticos (incluidos aquellos que lo son de tus propias ideas), siempre fue la mejor opción.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

A %d blogueros les gusta esto: