¿Quién es el Profesor Duchement para hablar sobre acoso escolar y ciberacoso escolar?

Esa es una buena pregunta. Y, aunque normalmente se realiza de manera capciosa, es legítima.

Lo que no suele ocurrir es que, las personas que quieren saber la respuesta, se la hagan a sí mismas, planteándose por qué creen ser suficiente autoridad en el asunto como para que su postura esté fundamentada.

Ahí va mi respuesta: Soy un especialista en acoso escolar.

De hecho, soy forense para Tribunales de Justicia en casos de acoso y ciberacoso escolar (es decir, los jueces «me preguntan» para saber cómo actuar).

Además, soy asesor en gestión del acoso escolar para centros educativos y familias afectadas.

También soy formador en prevención, diagnóstico y resolución de casos de acoso escolar por la Consejería de Canarias, acreditado por esta entidad como gestor de la convivencia en el entorno escolar.

«Todas las opiniones son respetables», suelen decir aquellos que se ven superados por los argumentos cuando se les contradice, pidiendo consideración hacia su postura (incluso después de mostrarse falaz).

El filósofo Jose A. María Torres ha respondido con mucho acierto a este recurso que «lo respetable es el derecho a exponer tu opinión», pero «la respetabilidad de las opiniones depende de su contenido», puesto que hay opiniones absurdas, opiniones racistas, opiniones injustas…

Yo ni siquiera voy a discutir sobre la validez de unas opiniones frente a otras. Voy a centrarme en que los expertos no opinan: dictaminan. Sus conclusiones no surgen de un juicio personal subjetivo, dependiente de un contexto sesgado por una experiencia individual, sino que emanan de una evaluación formal y profesional basada en el estudio, la evidencia, el análisis detallado y el conocimiento especializado.

No se puede comparar la validez de la opinión de un individuo sin conocimientos específicos, que se basa en su única vivencia personal y/o en historias que escucha de boca de terceros, con el dictamen de un experto.

Menos, compararla con el dictamen de muchos expertos.

Digo más, compararla con el dictamen de todos los expertos.

Cuando se menciona esta realidad, siempre hay quien alude que la experiencia personal sufrida en la propia carne es mucho mejor maestra que toda una vida invertida en estudiar algo.

Podría no estar de acuerdo… pero tampoco importa en este caso, puesto que la experiencia personal también es parte de mi historia.

¿Te hicieron acoso escolar y por eso crees que tu opinión es más válida que mi dictamen?

Sufrí acoso escolar durante toda mi infancia.

¿Sufriste mucho por tu acoso escolar y por eso crees que tu opinión es más válida que mi dictamen?

En tres ocasiones estuve a punto de acabar con mi vida para detener el sufrimiento que padecía. Todas ellas antes de los 12 años.

¿Tus acosadores escolares fueron muy crueles y por eso crees que tu opinión es más válida que mi dictamen?

La cuarta ocasión en la que casi muero siendo un niño, fue a manos de mi bully, que siguió saltando sobre mi cabeza incluso después de perder la consciencia.

¿Tu hijo ha sufrido acoso escolar y por eso crees que tu opinión es más válida que mi dictamen?

No voy a publicar datos privados de mis hijos en Internet, por supuesto. Pero, si lo hiciese, te aseguro que comprenderías lo inadecuado que es pensar que no lo entiendo.

¿Tu hijo es de un colectivo vulnerable o un alumno con necesidades específicas de apoyo escolar, motivo por el cual hay una tendencia a que sufra acoso escolar en su entorno educativo y por eso crees que tu opinión es más válida que mi dictamen?

Repito, no voy a publicar datos privados de mis hijos en Internet (y menos, datos médicos). No obstante, una vez más te advierto de lo atrevido que es hablar sin saber y de que, si te contase el contexto NEAE de mis peques, te aseguro que te avergonzaría haber pensado en utilizar esto como argumento.

¿Juzgas que estoy muy alejado de «la realidad» de las aulas españolas, y por eso crees que tu opinión es más válida que mi dictamen?

Llevo más de una década dando clases en centros públicos de barrios socioeconómicamente deprimidos y tutorizando alumnado de Secundaria y Formación Profesional (lo que incluye Ciclos Formativos de Grado Básico, considerados habitualmente los escenarios más peligrosos desde la perspectiva del acoso escolar).

¿Has oído muchas historias de acoso escolar entre grupos de padres, realities mañaneros, mamás coraje de Instagram, artículos de periódico, series de Netflix, amigotes en el bar… y por eso crees que tu opinión es más válida que mi dictamen?

Yo, no solo he escuchado muchos casos (y de fuentes más fiables): A fecha de cierre de este artículo, he participado en la gestión (o en el asesoramiento a familias y centros) de 103 casos de acoso escolar, empapándome en ellos como jamás conseguirá un presentador de telebasura de sobremesa en sus 13 minutos de explotación de morbo.

Pero esto no es una cuestión de ver quién tiene la experiencia sufridora más grande: Te aconsejo que, antes de dar por sentado que me equivoco (simplemente porque mis palabras contradigan tu pensamiento), valores mi Máster en Bullying, mi Máster Interuniversitario en Profesorado, mi Título Universitario en Ciberacoso Escolar, mi acreditación como perito en ciberacoso y acoso escolar, mi acreditación por el Gobierno de Canarias como gestor de la convivencia en el entorno escolar, el estudio comparativo que he realizado de protocolos de actuación contra el acoso escolar por toda España y que diferentes Departamentos y Consejerías de Educación de mi país me ha considerado la persona adecuada para formar a los docentes en la gestión del acoso escolar… y te plantees si algo no sabré del tema.

Y, si esto no te resulta suficiente, lee a estos otros expertos e intenta contradecir el dictamen de todos:

  • Aparicio, A. M. (2009). El fenómeno del bullying o acoso escolar en nuestras aulas.
  • Barranco Torres, C. (2014). Ciberacoso: concepto y aspectos educativos.
  • Cerezim F., & Rubio, F. J. (2017). Medidas relativas al acoso escolar y ciberacoso en la normativa autonómica española.
  • Cowie, H. (2013). El impacto emocional y las consecuencias del ciberacoso. Revista digital de la asociación CONVIVES, 3, 16-24.
  • Cowie, H. (2013). Acoso entre iguales: ciberacoso. Revista digital de la asociación CONVIVES, 3, 16-24.
  • Ortega-Baroón, J. et al (2016), Influencia del clima escolar y familiar en adolescentes.
  • Ortega-Ruiz, R. (2015). Convivencia y ciberconvivencia. Un modelo educativo para la prevención del acoso y el ciberacoso escolar.
  • Orjuela López, L. et al (2014). Acoso escolar y ciberacoso: propuestas de acción.
  • Smith, P. K., & Collage, G. (2006). Ciberacoso: naturaleza y extensión de un nuevo tipo de acoso dentro y fuera de la escuela. I Congreso de Educación de Palma de Mallorca.
  • Ramírez, F. C., Hernández, F. J. R. (2017). Medidas relativas al acoso escolar… Revista EIF del profesorado, 20 (1), 113-126.